100 BALAS: HERMANO LONO

GUIÓN: Brian Azzarello 

DIBUJO: Eduardo Risso

Color: Patricia Mulvihill

EDICIÓN ORIGINAL: 100 Bullets: Brother Lono núms. 1 a 8 USA

ECC / Vértigo

Precio: 19,5 euros

Valoración: 8 sobre 10

Citas: -"Ésta es la historia de un hombre que creyó que no tenía nada que perder" (El narrador)

-"Sólo Dios puede torturar al diablo...Tus amigos...debo salvarlos" (Reverendo)



Reseña: A Lono le conocimos desde los primeros números de la serie regular de 100 Balas (premiada con 4 Premios Eisner: Mejor Historia Serializada en 2001; Mejor Artista en 2002 y Mejor Serie Regular en 2002 y 2004 ) y, enseguida, se convirtió en asiduo hasta el último episodio, el nº 100. Se podría describir como un tipo inmoral, movido por intereses económicos o bajos instintos y muy peligroso. Cuando aparecía el lector sabía que a los personajes de alrededor les iba a pasar algo muy malo. 

El dibujante destacaba así a este personaje cuando se encontraba inmerso en el presente proyecto: "En este momento estoy terminando una miniserie que se llama Brother Lono con el mismo guionista de '100 Balas', Brian Azzarello. Es un personaje del mismo cómic, uno de los más duros y que a mí mas me ha gustado". A lo que añade: "Se trata de una miniserie de ocho números llamada Brother Lono (DC), protagonizada por uno de los personajes supervivientes del final de la serie, y que transcurre inmediatamente después de los hechos narrados en 100 balas". 

Por su parte, el propio guionista describe al protagonista como: "un tipo difícil de matar". Azzarello recuerda el momento en que se le ocurrió este proyecto: "'Duardo y yo estábamos en España. Estábamos en un taxi. La noche en que España ganó la Copa del Mundo. (...) Y estábamos en España por una fiesta llamada Semana Negra, que se celebra durante una semana. Se realizó una exposición de 100 Balas. Fue uno de los focos de la fiesta ese año. Así que nos llevaron para allá, y hubo charlas y cosas por el estilo. Así que fue una especie de, como ... 100 Balas volvía a estar en nuestra mente. Y Eduardo empezó a decir Quiero hacerlo de nuevo, y yo estaba de acuerdo. Podíamos recurrir a algunos personajes. O podíamos ir hacia atrás y decir algo, ya sabes, antes de la historia. Entonces Duardo se negó: No, no, lo que yo quiero hacer es Lono. Así que planeamos la historia esa misma noche". El guionista aclara que no hace falta haber leído nada anterior para que cualquiera pueda entenderlo, es decir, resulta "absolutamente accesible. Usted incluso no tiene que saber nada acerca de ese otro libro que escribimos . Este es un animal completamente diferente . No hay mención de ninguno de los eventos ocurridos en la serie de 100 Balas en absoluto".

Azzarello remarca de qué va esta historia: "No es una continuación de 100 balas. Ni siquiera lo llamaría una secuela. Se centra en uno de los personajes que sobrevivió. Todos los demás en la serie [Hermano Lono] - serán todos nuevos personajes. Es sólo la respuesta a qué ha estado haciendo Lono desde el final de la serie". Añade: "No vamos a aprender más sobre sus antecedentes. Vamos a aprender lo que le impulsa. Él no es un personaje que mira hacia el pasado. Él está siempre en movimiento hacia adelante". El autor siempre ha hablado que su inspiración se encuentra en la realidad, en lo que lee en la sección de sucesos de la prensa y de México nunca suelen llegar buenas noticias, de hecho se concibe como uno de los países más violentos del mundo, así que no tiene que inventar mucho en esta historia y desde el principio se convierte en un festival constante de gore y de asesinatos.

La historia es una especie de "Sin perdón" de Clint Eastwood o de "Lobezno Inmortal" de Mark Millar para Lono, en que vemos al protagonista radicalmente distinto a como era antes, con un pasado oscuro que le atormenta e intentando reprimir la violencia que reverbera en su interior. Han transcurrido cuatro años de lo que ocurrió en 100 Balas y muchos creímos que Lono había fallecido. Pero, como el autor indica, es un hueso duro de roer. Lo encontramos integrado en una misión, cerca de Durango, tras la frontera mexicana, ayudando al padre Manny y a los huérfanos que cuida. Allí lucha contra sus instintos asesinos e incluso sus deseos sexuales, atormentado por las innumerables muertes y dolor que ha causado. Cuando cree que fallará su contención, le pide a su amigo el sheriff pasar la noche en una celda.

Por el momento ha logrado contener a la bestia interior, la que imagina perversiones y brutalidad con sus semejantes, y consigue que ello sólo ocurra en su mente. Sin embargo, cuando un narcotraficante norteamericano le ofrece al cartel local la oportunidad de ampliar su negocio como nunca vieron, la banda empieza a amenazar y atacar lo que antes se consideraba sagrado, a la congregación del padre Manny y ni siquiera los niños se salvan de estos depredadores. Entonces estallará lo inevitable: numerosos lunáticos armados contra una máquina imparable de matar.