Guion: Chris Claremont Dibujo: Frank Miller
Tinta: Josef Rubinstein
Color: Glynis Wein, Lynn Varley
Precio: € 18
Valoración: 7 sobre 10
Cita: -"La clave no es lloriquear, ni perder. Es intentarlo. Tal vez nunca sea lo que debería ser, lo que quiero ser, pero ¿cómo lo sabré si no lo intento? Sí, da miedo, pero ¿qué alternativa hay? El estancamiento, una forma más terrible y segura de muerte, no del cuerpo, sino del espíritu. Un animal sabe lo que es, y lo acepta. Un hombre puede saber lo que es, pero lo cuestiona. Sueña. Se esfuerza. Cambia. Crece." (Lobezno)
-"Soy el mejor en mi trabajo, pero mi trabajo no es muy agradable" (Lobezno)
Reseña: Aprovechando el tirón comercial del estreno de "Logan" en los cines, Panini publica en tomo de tapas duras esta historia, de las más populares del mutante de las garras y que son de las que añaden profundidad al personaje más allá de la bestia iracunda y sanguinaria. Dos leyendas de la historia del cómic se encargan del guion y del dibujo, ambos en su mejor momento durante la década de los 80, así que muy complicado tiene que ir la cosa para que no salga algo bueno de aquí.
El problema, al menos para algunos lectores, consiste en que Lobezno también se encuentra en su mejor momento (esqueleto forrado de adamantium, factor de curación en instantes, sentidos incrementados), lo cual dificulta que nos tomemos en serio a sus enemigos puramente humanos. Además, encontramos esa cuestión que provoca que nuestro sentido de incredulidad haya de hacer horas extra cuando Lobezno va dejando un reguero de cadáveres a su paso asesinados de una manera muy peculiar y genuina (con sus garras) y que no responda ante ninguna autoridad, no se le investigue ni se le acuse de nada.
Un preocupado Logan se percata de que su amada Mariko Yashida ha interrumpido las comunicaciones con él y, sin pensárselo dos veces, se sube a un avión hacia Japón para descubrir qué ha ocurrido. Allí se enterará que Shingen, señor del clan, el padre mafioso de Mariko, ha regresado para conspirar por el dominio del país nipón, en una ambición sin límites, que le ha llevado a casar a su hija por sus intereses y a pactar con los ninjas de La Mano.
Lobezno se interpone en su camino y le hace parecer débil, por lo que Shingen ordena su ejecución, bien con ayuda de La Mano, contratando a una asesina que le seduzca y lo mate en un momento de debilidad, o luchando él mismo en las artes marciales que conoce. Por su parte, el mutante luchará para recuperar al amor de su vida y para vengar el asesinato de uno de sus pocos amigos.
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