Batman El Caballero Oscuro: A través del espejo

Batman - El Caballero Oscuro: A través del espejo

EDICIÓN ORIGINAL: Batman: Through the Looking Glass USA 

FECHA PUBLICACIÓN: Agosto de 2012 

Valoración: 2 sobre 10

GUIÓN: Bruce Jones

DIBUJO: Sam Kieth 

Color: David Baron

Ediciones ECC

Citas destacadas: "¿Qué tal una buena taza de té?" (El Sombrerero Loco)

-"¡Brilla, brilla, murcielaguito!¡Me pregunto dónde estarás!"  (El Sombrerero Loco)

Crítica: Tremendamente aburrida. Tampoco esperaba mucho de esta obra una vez comprobé el guionista al cargo, del cual todo lo que he leído, a pesar de su prestigio y nominaciones a premios Eisner, me ha resultado soporífero y, por lo que veo, sigue en forma. Confieso que lo que más me atrajo de esta obra fue el dibujante, cuyo arte tan peculiar y caricaturesco se reconoce enseguida. Ese hombre muerciélago con orejas de un metro sólo se lo pueden permitir a él.

Así, el guionista considera que la manera menos disparatada de que el caballero oscuro pueda pasearse por el mundo del País de las Maravillas consiste en que transcurra toda la historia con éste "flipando en colores". Dicho y hecho, bajo los efectos de un alucinógeno, Batman se las hará pasar canutas a sus fieles amigos, el mayordomo Alfred y su compañero Robin, quienes intentarán retenerlo en vano en sus correrías por las alcantarillas de Gotham creyendo estar persiguiendo un conejo blanco en su madriguera, cual Alicia en el clásico de Lewis Carroll. De trasfondo se encuentra la investigación de una serie de asesinatos de concejales en ciudad gótica, pero a todos los lugares y personajes con los que se topa, Batman los contemplará como personajes y situaciones surgidas del mundo del País de las Maravillas, incluso tiene a una "Alicia particular" en forma de alucinación de una niña que conoció en su infancia y que exterioriza la vena detectivesca del mismo y le guía en sus desventuras. Además, se supone que esta historia contiene el primer encuentro entre Batman y uno de sus clásicos villanos, esto es, el Sombrerero Loco, al que aquí no se le pinta con su imagen más actual de depravado infanticida, sino que se suaviza bastante todo. Esto delata cierta libertad creativa de los autores quienes, no obstante, no la aprovechan y no consiguen despertar el interés en ningún momento de lo que ocurre en el cómic. 

En resumen, por el dibujante y por el cruce entre un personaje tan famoso con el clásico de la literatura ideado por Lewis Carroll, podría parecer prometedor, pero todo se convierte en una mera curiosidad vacua y aburrida