Dibujo: Paul Pelletier, Rafael Albuquerque, Jason Latour, John Rauch
Tinta: David Meikis, Cam Smith
Color: Rain Beredo
Contiene Wolverine 308 y 309 USA
Valoración: 1 sobre 10
Citas: -"Tal vez deberíais rezar para que el buen doctor sea igual de bueno remendando cortes en la tripa que sacándole los sesos a la gente." (Logan)
-"No, chaval. Nunca huimos." (Logan)
Crítica: Se recopilan aquí dos números: uno con el (pseudo)final de la saga "Rot" de Culen Bunn y el otro, una historia autoconclusiva del desconocido Ivan Brandon. La primera ha supuesto alcanzar nuevas cotas de gore en esta serie al colocar en discordia otra vez a un psicópata homicida con garras y a otro aficionado a operaciones quirúrgicas radicales del tipo extracción de cerebro en vivo. De hecho, para hacerse una idea, Lobezno tiene que luchar contra unos monstruos hipertrofiados surgidos de pedazos de su cerebro que el doctor Rot ha manipulado tras extraérselos en origen. Y si esto no resulta bastante descabellado, que este lunático con preferencia por la vestimenta de cirujano pueda leer las mentes a partir de trozos de cerebros se percibirá todavía más "chirriante". Sin embargo, esta constituye la excusa para que el Dr. Rot tenga a su disposición una frase insertada en la mente del protagonista durante la programación de Arma-X que le permitirá controlar a Lobezno. En cuanto Logan se sacude esta dominación mental por parte de su sádico enemigo, se propondrá "cortar por lo sano" con su rival y toda su escalofriante familia. Además, se zanja también con una idea "chula" de Jason Aaron, la de la novia hispana de Lobezno. Una lástima, caía simpática.
En la siguiente historia, no se pierde comba y siguen las incongruencias. La más gorda consiste en que Lobezno se lleve de compañero a un niño a una situación potencialmente letal. Empieza la historia con cierto regusto a novela de detectives de principios del siglo XX, en cuanto una mujer tan hermosa como peligrosa sumerge al protagonista en sus problemas con sus afanes de seducción. Por supuesto, y quién no, Lobezno cae con todo el equipo, da con sus huesos en un pueblo en el quinto pino de la América profunda para reencontrarse con un antiguo enemigo al que se tenía por difunto. Éste no se corta en soltarle el tostón de cómo sobrevivió a su último encuentro y cómo ha llegado hasta sus presentes circunstancias, como el líder de una especie de secta que engaña y absorbe energía de unos ingenuos mutantes que han perdido sus habilidades y se muestran ansiosos de adquirir la grandeza perdida. Al final, pelea predecible al canto con la inestimable colaboración de Elixir, el chaval que se lleva a la aventura el prota, y pérdida de este lector durante una temporada hasta que vengan tiempos mejores para esta serie.
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