Autor: Hugo Pratt
Edición coleccionista - Planeta
Valoración: 8 sobre 10
Reseña: "Corto Maltés" es una de esas series de las que todo el mundo habla bien y que figura en las listas de los 100 cómics que ha de leer uno antes de morir. Así que le llegó su momento, empezamos la aventura y, leído el primer tomo de esta edición coleccionista, siguen las ganas de pasar al siguiente.
Al documentarme antes de empezar esta lectura, en una entrevista el autor reconocía que su protagonista presentaría una tendencia más hacia el aventurero de influencia europea que no recae tanta importancia sobre la acción: "Un trabajo basado sobre la acción hubiera llevado a recalcar la temática del aventurero romántico de la literatura aventurera anglosajona. El europeo en general se define como hijo de la cultura burguesa francesa, mientras que la cultura popular ha estado impuesta por la riqueza de los pueblos anglosajones. Se podría decir, en otros términos, que la cultura popular europea ha sido impuesta por la Metro Goldwyn Mayer, por los comics norteamericanos y por otras expresiones dictadas u ofrecidas desde el capitalismo anglosajón".
Mi primera impresión sobre Corto Maltés, el marino aventurero, es de un personaje atractivo y con la agilidad propia de su juventud, inteligente, valeroso, de humor burlón y de principios nobles. Además, se destacaría su ondulante suerte, pues en este tomo le observamos en las más disparatadas situaciones: ser rescatado precisamente por su peor enemigo después de que lo abandonaran en medio del mar en un motín en su propio barco; o ser disparado a menos de un metro (por la bella Pandora) y no sufrir ni un rasguño; a la vez de que su suerte empeora tanto como para que le ataquen seguidamente un pulpo, un tiburón y hasta una ostra gigante.
El dibujo parece tan inmersivo como sencillo, a lo que Hugo Pratt atribuye a su deseo de no obsesionarse: "Creo que tendríamos que examinar este hecho bajo la perspectiva de mi pereza personal. No tengo ganas de ponerme a dibujar interiores de pisos, medios mecánicos y escenarios complejos. Elaboré aquellas ambientaciones, libre y astutamente, para ahorrarme trabajo. Muchos críticos quieren hallar en esto un gran mensaje de soledad y de poesía. La realidad es un gran mensaje de pereza".
El contexto en que se sitúa la narración es en 1913 (un periodo prebélico ya que la Primera Guerra Mundial estalló en 1914 para terminar en 1918), en los mares del Pacífico, al sur. El pirata Rasputín navega en su catamarán hacia una isla para reunirse con el misterioso y lunático conocido como el Monje.
En su periplo, rescatará a Corto Maltés, caído en desgracia en un motín; secuestrará a dos adolescentes de familias acaudaladas, Pandora y Caín; y quedará con el capitán Christian Slütter, oficial de la marina imperial alemana, para conseguir hacer negocios en estos tiempos convulsos tan beneficiosos para los oportunistas sin escrúpulos.
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