BATMAN NÚM. 14: LA MUERTE DE LA FAMILIA - PARTE 3

Guion: James Tynion IV, John Layman, Scott Snyder 

Dibujo: Andy Clarke, Greg Capullo, Jason Fabok,Jock

EDICIÓN ORIGINAL: Batman 15, Detective comics 15 USA

Precio: 3,95 €

ECC / DC Comics

Valoración: 4 sobre 10

Citas: -"¡Esa es la actitud, cari! Me encaaanta que me digas guarrerías." (Joker)

-"No. No soy Basil. Ni tu amorcito. ¡Soy Clayface!" 

Reseña: Quizá sea yo, pero sigo con la sensación de que Scott Snyder siente un odio profundo, consciente o no, hacia el protagonista de esta serie y, por ello, lo deja ridiculizado en todas sus historias. Así, si en la primera saga de "El Tribunal de los Búhos" se cuestionaban la perspicacia del supuesto mejor detective del mundo (al no enterarse de la existencia de una organización secreta en Gotham durante décadas tan sutil como un elefante en una cristalería) y de la catadura moral de la familia Wayne (al culpar a los padres de abandonar al hermano de Bruce por sus problemas en una institución lamentable), en la actual saga de "La muerte de la familia" el guionista incide en uno de las mayores incongruencias del cruzado oscuro: que Arkham Asylum sea Jauja, un lugar de reposo para los psicópatas de Gotham hasta su próxima fuga y asesinatos en serie, y que el hombre más influyente  y rico de la ciudad no haya puesto remedio a esto. Ningún guionista se ha atrevido a meterse en este tema, en que con una pequeña inversión de Bruce Wayne podría mejorar la seguridad del manicomio de la ciudad y con ese pequeño ejército del que dispone guardándolo, se ahorrarían muchos disgustos con los presos allí que escapan cómo y cuándo quieren. Vale, todos tenemos claro esto e intentamos olvidarlo para ayudar a nuestra suspensión de incredulidad, pero a Snyder no se le ocurre otra que meter el dedo en la llaga abierta.

Luego, para meter relleno en la saga, todos los héroes de Gotham se reúnen en la Batcueva donde Bruce Wayne les contará una anécdota que le ocurrió y que hará que los cataplines de todos sus allegados se les suban al cuello al dar por posible que la amenaza del Joker de que conoce las identidades secretas de Batman y su cuadrilla sea cierta. Aunque al final de la historieta la descarta por improbable, no se sabe para qué la cuenta en realidad y sólo se explica como una forma de alargar la saga al no saber mucho qué hacer tras mostrar al psicópata de la sonrisa que vaya de aquí a allá causando estragos por Gotham. En efecto, el Joker se pasea por Gotham como le da la gana y revela que el manicomio le ha servido como base de operaciones para planear su vendetta personal hacia su antítesis. Incluso, y no exagero nada, ha obligado a transportar por los pasillos un caballo en brazos de los guardias de Arkham y ha reclutado a otros villanos, como Enigma, para sus planes sin que nadie se opusiera. Y Batman seguirá despreocupándose de la seguridad de este manicomio tras esto, quedando evidentemente ridiculizado.

En otra historia de otro autor, éste se alejará totalmente de esta problemática y tendremos al Hombre Murciélago intentando liberar a un furioso y destructivo Clayface del influjo manipulador de Hiedra Venosa, del que se cree enamorado y destroza todo a su paso en busca de su amada.