jueves, noviembre 07, 2013

GRANDES AUTORES DE BATMAN: LA BROMA ASESINA

Guion: Alan Moore

Dibujo y color: Brian Bolland

EDICIÓN ORIGINAL: Batman: The Killing Joke USA

Precio7,95 €

ECC / DC Comics

Valoración: 10 sobre 10

Citas: -"Últimamente he estado pensando en ti y en mí. En lo que nos va a pasar al final. Vamos a matarnos el uno al otro, ¿verdad?" (Batman)

-"Los recuerdos pueden ser pequeñas bestias viles y repulsivas, como los niños, supongo. Ja, ja" (Joker)


-"¡He confirmado que no existe diferencia entre todos los demás y yo! Basta con un mal día para que el hombre más cuerdo del mundo enloquezca. A esa distancia está el mundo de mí. A un mal día" (Joker)


Reseña: Como aficionado a los cómics de superhéroes de siempre (Marvel y DC, sobre todo), supone un infortunio que el considerado mejor guionista de cómics no se haya implicado más con estos ni desee hacerlo, pero admiro su defensa de la dignidad del autor con su obra: "Lo que ocurrió a mediados de los ’60 fue que esos escritores que habían creado la gran mayoría de los personajes superheroicos de DC los habían redefinido después de que los creadores originales se hubieran ido. Por aquel tiempo, tengo entendido que un grupo de esos creadores se dieron cuenta de que no tenían seguros médicos ni pensiones, incluso aunque estaban haciendo la mayor parte del trabajo. De modo que se dirigieron a las cabezas de DC para plantearles esto y sugirieron que quizás deberían formar una especie de sindicato para negociar con los editores a un nivel equilibrado. Momento en el cual, los editores les dijeron que estaban despedidos (...)No espero que los escritores y dibujantes de la industria salgan y luchen contra Galactus, en caso de que de pronto aparezca y amenace con comerse el mundo. Por supuesto que no. Simplemente les pido que muestren un poco de coraje humano corriente. Creo que si  hubieran hecho eso, probablemente la industria no estaría en el estado en el que está".

En concreto, con la compañía DC Cómics ocurrió el siguiente incidente con el que Alan Moore se decidió no volver a colaborar con ellos: "Cuando hablamos de cosas como V de Vendetta o Watchmen no tengo otra opción. Estos trabajos con DC Comics fueron hechos bajo ciertas condiciones, así que les pertenece todo el material, y deciden si hacer películas con él o no. Todo lo que puedo decir es Quiero que no aparezca mi nombre ni quiero dinero alguno. Me gustaría que el dinero fuera distribuído entre los artistas, pero incluso antes de preguntarme, los responsables de la película filtraron una nota de prensa en la que decía que yo estaba muy ilusionado con la película. Mintieron. Intenté que se retractaran, pero no estaban dispuestos a hacerlo. Así que anuncié que no trabajaría de nuevo con DC Comics. No quiero tener contacto con ellos, ni con la Warner Bros. ni con ninguno de esos tiburones de agua dulce jamás".

En cuanto a los superhéroes, muchas veces Alan Moore ha reconocido que se cansó de ellos y que lo consideraba un género moribundo: "Los superhéroes son algo en lo que he estado pensando durante mucho tiempo. Cuando fueron inventados por primera vez a finales de los ’30, eran maravillosamente inocentes y optimistas. Eran la creación de hombres jóvenes y, en algunos casos, adolescentes que se encontraban en la periferia de la ciencia-ficción y que querían crear ideas maravillosamente frescas y extravagantes. Esta fue la versión de la que me enamoré cuando tenía unos 6 o 7 años. Los amé porque eran increíbles tesoros ocultos de la imaginación. Abrieron mi propia imaginación hacia áreas en las que nunca había estado antes. Pero en lo que los superhéroes se han convertido desde aquellos años es en algo que creo que es muy diferente. (...) en este momento están sino muertos al menos tosiendo sangre, que tienen unas ventas lamentables y que están mayormente dirigidos a una audiencia de entre 30 y 50 años que siguen en ello principalmente por razones nostálgicas. Quieren esa conexión hacia su desvanecida infancia". Y continúa con su pésima opinión sobre los cómics de superhéroes actuales : "Hay montones de ellos en este momento, y lo entiendo. No creo que ninguno de nosotros hayamos crecido en el mundo que ansiábamos o esperábamos. Así que entiendo perfectamente la necesidad de la gente de conectar con esos iconos, pero ya no tienen el mismo significado que solían tener. (...) 
Creo que el estado actual de los cómics de superhéroes podría ser directamente abandonado en la puerta de la industria del cómic. Creo que no se dan cuenta de lo que tenían, e intentaron explotar el concepto en todas las formas posibles, y no pusieron nada dentro. Eliminaron a la gente genuinamente creativa de la mezcla, que habían aportado todas las ideas con las que ambas compañía siguen comerciando tantos años después. Y han dado la custodia de la industria a gente que eran fans de aquellos que simplemente fueron despedidos. Por aquí, llamaríamos a eso trabajo de esquirol, dependiendo de cómo nos sintamos. Esas son básicamente mis opiniones sobre los superhéroes". Y el autor sentencia: "De modo que ¿es realmente de superhéroes de lo que estamos hablando? ¿O se trata de matones invulnerables desde una cultura de impunidad, que también muestra signos de decaimiento? Esta es una parte muy amplia de la primera década del siglo XXI, de la cual creo que solo estamos emergiendo y obteniendo perspectiva sobre el significado que tiene para nosotros".


Sin duda, todos los cómics en los que ha participado este autor han sido reconocidos como innovadores para los personajes en cuestión y se han reeditado regularmente. "La broma asesina" se considera una de las mejores historias del cruzado oscuro, se ha reconocido con varios premios (En los Premios Eisner de 1999, La broma asesina obtuvo los premios a la Mejor Novela Gráfica, Mejor Guionista y Mejor Dibujante, además de ser nominada en la categoría de Mejor Número Autoconclusivo) y se reedita cada pocos años para que siempre la encontremos en el mercado. Esta nueva edición contiene una novedad: el dibujante (del que el también ilustrador Tim Sale afirma que presenta la misma obsesión por su obra que Alan Moore: "Y en el asombroso Brian Bolland encontró un dibujante que era su igual en talento, fanatismo, cuidado y expresividad en sus creaciones") se encarga de aplicar por completo el color. Bolland comenta al respecto: "Seguramente es bien sabido que las gamas elegidas por Jonh [Higgins] eran muy opuestas a lo que yo tenía en mente, así que en febrero de 2007, cuando Bob Harras me habló de esta edición, le dije: Por favor, ¿Puedo colorearlo todo desde cero?". Y en el epílogo, el dibujante y colorista de este cómic lanza un cumplido importante a Alan Moore afirmando que en los últimos 22 años de carrera no ha ilustrado una sola historia de cómic escrita por otros guionistas porque "cuando has trabajado con el mejor, cualquier otra cosa parecería un paso atrás".

Emocionalmente, este obra recuerda la fragilidad de los cimientos de nuestra cordura de manera que, como se ha retratado en varios medios (En "Un día de furia" de Joel Schumacher, "Atrapado en el tiempo" de Harold Ramis  o "La Celda 211" de Daniel Monzón o en cómics como Born Again donde Daredevil lo pierde todo por obra de Kingpin), si nuestras circunstancias se alteran dramáticamente, si perdemos todo en un instante, podemos caer en la locura como refugio ante un mundo demencialmente cruel y hostil, tal como plantea el autor en la historia biográfica que nos ofrece del Joker. En efecto, "La broma asesina" contiene un posible origen, entre otros, del peor enemigo del Hombre Murciélago, como si se tratase de un humorista frustrado, que no ha logrado sus aspiraciones vitales y que además se encuentra al borde de la pobreza más extrema con una novia embarazada. Esto hace que se asocie con maleantes y una serie de acontecimientos trágicos en un día le dan el último empujón hacia la demencia más caótica. 

Después de fugarse del asilo Arkham, el Joker se propone demostrar que un mal día, como le ocurrió a él,  puede volver loco incluso al hombre más sensato, así que dispara a Bárbara Gordon y secuestra a su padre el comisario Gordon para torturarlo en una feria de los horrores para intentar derribar el límite de su cordura. Batman se mostrará reconciliador con su rival de la eterna sonrisa, le pedirá en varias ocasiones que ceje en su demencial carrera criminal y le tiende la mano con la posibilidad de ayudarle a que se redima para evitar precipitarse hacia el único final que les espera a ambos: que uno muera a manos del otro. En verdad, el desenlace de esta obra resulta tan descorazonador como ambiguo, de manera que muchos lectores y autores han intentado explicarlo, sin éxito, pues Alan Moore no ha comentado nada al respecto a día de hoy. El último fue otro excepcional guionista Grant Morrison, al que el rotulista Richard Starkings le contradijo en sus afirmaciones. No recomiendo mirar en este enlace si todavía no has leído esta historia, para no estropear su final.

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