Guión: Christopher S. Claremont
Dibujo: Brent Eric Anderson
Color: Steve Oliff
Panini Cómics
Precio: 12 euros
Contiene Marvel Graphic Novels. X-Men: God Loves, Man Kills USA
Valoración: 10 sobre 10
Citas: -"A un mutante diabólico, como nuestro enemigo Magneto, te puedes enfrentar físicamente. Con Stryker no tenemos esa posibilidad. Sus armas son las palabras y las ideas" (Profesor Xavier)
-"Cualquiera puede crear una utopía para una sola generación, Magneto. El truco es que dure. ¿Quién mantendrá tu sueño cuando tu no estés?" (Cíclope)
-"¿¡Son las etiquetas arbitrarias más importantes que la forma en que vivimos nuestras vidas!? ¡¿Es lo que se supone que somos más importante que lo que somos de verdad?!" (Cíclope)
-"De eso se trata precisamente. De necesitar y ayudar. De cuidar unos de otros" (Cíclope)
Comentario: Se considera a Chris Claremont como uno de los guionistas más influyentes en la historia del cómic americano, justo a la altura del mismísimo Stan Lee. Durante gran parte de su vida se ha dedicado al oficio de escritor en el que se le recuerda, sobre todo, por su larga etapa con los mutantes cuando se vendían millones de cada número. Incluso figura en el libro de los Guiness como el autor que más ejemplares vendió de un cómic, en concreto de X-Men nº 1 junto a Jim Lee, con más de 8 millones vendidos. Durante su memorable labor de guionista con los mutantes, escribió auténticas joyas que se reeditan regularmente para que no desaparezcan del mercado, como Días del futuro pasado, la saga de Fénix y, en especial, la novela gráfica "Dios ama, el hombre mata". En ella remarca el carácter de minoría repudiada o temida que representan los mutantes (como si se tratasen de otras minorías más conocidas, como inmigrantes, homosexuales...) y sirvió de inspiración para las adaptaciones cinematográficas de los X-Men.
Claremont tiene muy claro el motivo de que los mutantes tuviesen tanta aceptación entre los lectores: "El secreto del éxito de La Patrulla-X -radica en que los protagonistas son mutantes, es decir han nacido con sus poderes. Hasta entonces la tradición era que los héroes obtuvieran accidentalmente esos poderes. Además, y esto es fundamental, las capacidades de los mutantes, su especificidad con respecto a la sociedad, los hace objeto de los prejuicios de ésta contra todo lo que es distinto. Los miembros de La Patrulla-X defienden a esa misma comunidad que los margina y persigue como monstruos: eso atrae a los teenagers que nos leen, porque el joven siente a menudo que el mundo de fuera está ahí para destruirle, y se identifica con los mutantes. La serie atrae también a todos los sectores socialmente marginados: negros, hispanos...".
Desde el principio, Claremont consideró que esta obra destinada al formato de novela gráfica debía tratar temas profundos y que no se debía elaborar precipitadamente como si fuese un producto de consumo de usar y tirar, comprendió enseguida el potencial de este formato. A pesar de que se publicó por primera vez hace más de 30 años, los temas que en la misma se consideran siguen, desafortunadamente, tan actuales como el primer día, no se han solucionado: el fanatismo, el odio irracional hacia lo que no se conoce bien, el "borreguismo" de algunos que no forman su propio criterio y se dejan arrastrar por ideas de un lunático. Claremont sentencia que tras tantos años no se ha evolucionado moralmente: "Todavía se juzga a las personas más por el color de su piel, y por su nacionalidad o su origen, y por la fe que manifiestan, que por su carácter. Y yo todavía me veo soñando con una época en la que hayamos dejado atrás todo esto y digo: ¿por qué no?".
El escritor sitúa su historia en un contexto histórico: "Para mí, esta historia surgió de una época en la que las voces que expresaban intolerancia con cierta alegría estaban muy extendidas por todo el país, cuando formular puntos de vista que se diferenciaban de lo que se consideraba la corriente general podría haber tenido graves y duraderas consecuencias. Con William Stryker quise crear un hombre de fe cuya sinceridad no pudiera cuestionarse. Es auténtico en sus creencias, pero esas creencias le han llevado por un camino que podría tener terribles y perdurables repercusiones para un segmento importante de la población". Afirma que su historia "evolucionó hasta convertirse en una súplica para comprender que, sean cuales sean los dictados de nuestra fe, todos estamos obligados por nuestra conciencia como individuos. Ésa es para mí la naturaleza del libre albedrío".
Tras asesinar a su mujer y su bebé recién nacido al descubrir que era mutante y encubrirlo todo como un accidente, William Stryker inició una cruzada contra los mutantes reuniendo recursos y seguidores con el fin de apartarlos de la sociedad por considerarlos abominaciones diabólicas peligrosas. De las palabras antimutantes en los medios y conferencias, este carismático líder metido a reverendo financia en secreto un escuadrón de asesinos de mutantes y sus familias. Al punto máximo de su exterminio, se decide a cometer un genocidio de cualquiera que porte el gen mutante secuestrando al Profesor-X, lavándole el cerebro y haciendo que use sus poderes contra los que son como él. La Patrulla-X sabe que esta crisis no se resolverá tanto con la fuerza, sino convenciendo a las personas del sinsentido de los razonamientos del fanático religioso que los llama al odio y podría convertirse en mártir si le atacan.
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