Reseña: A partir del presente álbum empieza un cambio de ciclo, pues el protagonista, en un arrebato de superstición, abandona a su familia de manera temporal, en el seno del poblado vikingo donde se criaron ambos. Parte al horizonte con el fin de descubrir si los dioses le han maldito y por eso atrae a toda clase de problemas y criaturas que ponen en peligro a sus seres queridos.
Para esta primera aventura en solitario y lejos de su familia, los autores recuperan a un personaje que hemos conocido en historias anteriores, en concreto a la tan sensual como traicionera Kriss de Valnor. Jean Van Hamme comenta este recurso narrativo de apoyarse en acontecimientos anteriores: "A veces reaprovecho pequeñas secuencias: una manera de evadirse de una prisión, una manera de desembarazarse de un personaje que ataca...Puedo reutilizar ciertos recursos como esos porque, evidentemente, no hay 25 mil manera de evadirse de una prisión. He ahí uno de los quebraderos de cabeza para cualquier guionista. Hay mil maneras de matar a alguien, pero no hay mil maneras de evadirse. Un buen problema".
Al acceder a un territorio en su vagabundeo, Thorgal se verá implicado sin querer en un conflicto por el poder entre dos bandos: por un lado, Orgoff y su banda de maleantes que somete al pueblo con una tecnología robada de la gente de las estrellas de la que procede Thorgal; por otro lado, los rebeldes liderados por la propia Kriss de Valnor.
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