The Mighty Thor número 339
Título: Algo viejo, algo nuevo...
Título original: Something old, something new
Guion: Walter Simonson
Dibujo: Walter Simonson
Color: George Roussos
Valoración: 10 sobre 10
Edición española: Tomo recopilatorio "La Balada de Bill Rayo Beta". Planeta De Agostini (Forum); Best of Marvel Essentials: Thor, de Walter Simonson Nº 01: La balada de Bill Rayos Beta (Panini);MARVEL HÉROES 48 y 49 Thor de Walter Simonson (Panini Cómics)
Frases destacadas: -"Te has mostrado digno de usar un gran poder, y usarlo sabiamente. Y has pedido ayuda. Por tanto, te daré la ayuda que pueda. Te daré un regalo que conlleva una asombrosa responsabilidad. El regalo puede salvar a tu pueblo...¡la responsabilidad puede destruirte!" (Odín)
-"No me atreví a decirle ni a Odín que cabalgo ansiosa hacia la batalla por causa de un deseo secreto que nadie debe conocer. Ni yo misma puedo creerlo...¡Hay otro guerrero en este mundo tan valiente y noble como el poderoso Thor! Y aunque su apariencia no se asemeja a nada que haya visto, debo buscar su favor" (Lady Sif)
Reseña: Walter Simonson recurre a la ciencia ficción y a la fantasía para recrear el origen de su nuevo personaje, Bill Rayo Beta, un individuo de una civilización más avanzada que la terrestre, regenerado biónicamente para que cumpla eficazmente su misión de salvaguardar la forzada migración intergaláctica de su raza.
Para el resto de historias, el escritor de Knoxville se inspira directamente de la mitología escandinava. Así, el afable Volstagg, apodado el León de Asgard, narra al impetuoso Agnar de Vanaheim las causas de la desesperación y las tribulaciones que atormentan a Balder el Bravo propiciadas por una conspiración del malvado Loki para condenarlo al infierno con la única materia que podía matarle: el muérdago. El autor se decanta por explorar las consecuencias psicológicas para un dios que se consideraba a sí mismo un benefactor amante de la vida y la justicia cuando descubre la contradicción entre su naturaleza guerrera y su espíritu bondadoso, ya que en los dominios de Hela se reencontró con las innumerables víctimas de sus gloriosas batallas.
También todas las causas sobre la destrucción de una galaxia, la rápida propagación de los demonios que surjen de la brecha interdimensional de la explosión de dicha galaxia, la forja de la poderosísima espada sin vaina, llamada Crepúsculo, por una indefinida figura oscura y monstruosa que, por poco que se sepa de mitología, se adivina al demonio Surtur, se entrecruzan señalando el próximo Ragnarok, o lo que es lo mismo, el apocalipsis, el destino de los dioses, el fin del mundo, la batalla definitiva entre las fuerzas del Bien y el Mal...¿Puede haber una aventura más épica y osada que el Ragnarok?
No obstante, antes de este inevitable cataclismo, dos de sus máximos exponentes, Thor y Bill Rayo Beta, han de recuperarse de su titánica pugna en los desoladores parajes de Skartheim. A pesar de que el martillo Mjolnir le pertenece según las condiciones del combate y lo necesita para su misión protectora de su pueblo, los principios morales del alienígena le impiden aceptarlo finalmente porque reconoce que fue creado por y para el dios del trueno.
Odín, el monarca del Reino Dorado, se conmueve por el noble y generoso comportamiento de su invitado de otro mundo, por lo que decide regalarle un arma similar a la de su hijo que recibirá el nombre de "El Destructor de Tormentas". La fabricación del nuevo martillo se encomienda a los proveedores habituales del arsenal argardiano: a los enanos. Sin embargo, para resarcirse de antiguas trifulcas con los dioses que les condenaron a un exilio subterráneo, el jefe de este pueblo de las profundidades exige una condición para aceptar el encargo: que una diosa derrote al campeón de los enanos.
La diosa Sif acepta el desafío no sólo por sus ansias de aventuras, sino sobre todo porque desea ganarse el favor de Bill Rayo Beta por el que se siente atraída ya que le recuerda todo lo que le agradaba de su anterior amado Thor más atento a su deber para con los humanos que a su relación sentimental.
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