PARKER 4: MATADERO

Autor de la novela original: 

Richard Stark (seudónimo de Donald E. Westlake) 

Adaptación e ilustraciones: Darwyn Cooke

Precio: 16 euros

Editorial Astiberri

Valoración: 7 sobre 10

Citas: -"La regla era: si no hay escapatoria, atrinchérate" (El narrador)

-"¿A qué estaban esperando? ¿Es que no se daban cuenta de que le estaban dando tiempo para prepararse?" (Parker)

Reseña: Darwyn Cooke sigue con un personaje que le ha dado tantas alegrías, un éxito de público y de críticas y varios premios en su haber (los premios Eisner y Harvey al mejor autor de cómic). En verdad, acompañado de un dibujo original y lleno de dinamismo, se trata de un personaje atractivo para el público, un tipejo muy peligroso y un criminal sin escrúpulos que nos aporta la misma satisfacción que cuando en un nido de víboras una de ellas se revuelve contra las demás. Parker le propina su propia medicina a los criminales con los que se relaciona.

Sin embargo, conforme leemos más historias de este personaje, nos damos cuenta de que el autor siempre aplica una misma plantilla: Parker se mete en un grupo de delincuentes para dar un golpe y uno de ellos resulta  un traidor o  un torpe que estropea la operación y causa montones de problemas que el protagonista resuelve con mucha brutalidad. Es decir, que se sigue siempre un esquema repetitivo en el que sólo cambian los escenarios.

En la primera historia, la más extensa, un conductor de pena accidenta el vehículo de huida tras un golpe en el que Parker será el único que escape por piernas. El implacable ladrón decidirá esconderse de la policía en un parque de atracciones cerrado por ser invierno. Sin embargo, un par de policías corruptos y unos mafiosos lo ven todo y creen que conseguir el botín les será pan comido. Pronto, se percatarán que en el juego del gato y el ratón, Parker se convertirá en el felino y obligará a sus perseguidores a multiplicar su número conforme vayan cayendo fulminados.

En la siguiente historia, un delincuente despechado asesina a la chica de Parker y se queda el botín de un atraco, impulsando al protagonista a perseguirlo hasta un edificio en obras. El perseguido intentará utilizar aquel lugar en contra del imparable Parker, pero nada impedirá a este ejecutar su venganza contra quien ha osado estropearle sus planes.