Más espesa que el agua

The Incredible Hulk vol. 2 número 388

Título: Más espesa que el agua

Título original: Thicker than water

Guion: Peter David

Lápiz: Dale Keown

Tinta: Mark Farmer

Color: Glynis Oliver

Valoración: 8 sobre 10

Edición española: Coleccionable El Increíble Hulk n. 24 , Planeta DeAgostini

Citas destacables: -"Es completamente cierto. Pese a los alardes de una nueva hermandad internacional, el gobierno está totalmente dispuesto a ignorar las violaciones de derechos humanos si hay intereses económicos y energéticos de por medio. La línea que separa a enemigos de aliados se hace más confusa cada día. Hace falta gente con visión para redibujarla." (Ulises)

-"Sí, tío. Tengo el SIDA." (Jim Wilson)

Crítica: Peter David considera que los cómics de superhéroes consisten en mucho más que un mero entretenimiento pasajero como algunos los consideran, sino que también permiten conmover y remover conciencias. No se desconecta el cerebro leyendo sus cómics, sino que inducen a replantearse ciertas cuestiones. Por ello rechazó a la versión idiota del protagonista para evitar simplificar demasiado sus historias y también, por ello, de vez en cuando salta a la polémica alguna de las historias de este autor por los temas (demasiado realistas para algunos padres o puritanos) que trata.

Para el presente episodio, el guionista de Maryland reconoce que su historia constituye la más controvertida de las que ha realizado hasta ahora como manifiesta en su columna semanal de But I digress...: "Probablemente el punto de vista más polémico fue cuando revelé que el antiguo sidekick de Hulk Jim Wilson tenía el SIDA. A medida que se desarrollaba la historia me di cuenta de que no podía ganar a la hora de explicar cómo Jim había contraído la enfermedad. Si decía que era gay, me acusarían de alimentar la idea de gay igual a SIDA. Si decía que lo había cogido a través de relaciones heterosexuales o por una transfusión de sangre, me acusarían de ser demasiado blando para revelar que un personaje Marvel era gay. Finalmente, mientras zozobraba, fui consciente de que había encontrado sin darme cuenta el tema de la historia: No importaba cómo hubiera contraído la enfermedad. Lo que importaba era que la tenía y que necesitaba ayuda y apoyo.".

Entre misión y misión del grupo revolucionario de El Panteón, el gigante esmeralda procura cultivar su vida social visitando a sus amigos y a su esposa. Esta vez, antes de implicarse en una arriesgada misión contra los intereses del gobierno estadounidense, se reencontrará con un antiguo amigo en problemas. Todo empieza cuando Rick Jones se apunta a un concierto con fines benéficos para los enfermos de SIDA promovido por Jim Wilson, sobrino de El Halcón y ex-compañero de aventuras de Hulk, quien le acabará confesando que él también es seropositivo. Esto supondrá un duro golpe de realidad para el famoso secundario y para el lector. Nos recuerda la fragilidad de la vida, que se trata de una enfermedad que existe, aunque nos olvidemos de ella, y que puede alcanzar a cualquiera en cualquier momento sin las precauciones adecuadas.

Aparte de como cantante y guitarrista también se requiere en dicho evento benéfico a Rick Jones como guardaespaldas por las amenazas mortales que pesan sobre ciertas personas que participan. Un padre, de profesión gángster, de uno de los afectados por la susodicha enfermedad culpa a la pareja de su hijo de su situación casi terminal, por lo que contrata a su mejor sicario para que lo elimine: Speedfreek, un psicópata homicida al que el consumo de drogas le acelera física y mentalmente provocando baños de sangre en las misiones encomendadas por su jefe mafioso, pues no se conforma con sólo matar a su objetivo. Además, este villano drogadicto posee una armadura robada con múltiples armas, algunas compuestas del metal virtualmente indestructible adamantium, capaces de penetrar incluso la dura piel del gigante esmeralda, y que provocarán la urgente intervención de Hulk cuando Speedfreek se presente en pleno concierto y empiece a acuchillar despiadadamente a los asistentes.