Comentario: El número 389 del segundo volumen de la serie pertenece a otros autores: Tom Field en los guiones y Gary Barker en el lápiz. Al no tratarse de un episodio de su guionista regular, Peter David, el mejor autor que escribió la presente serie, se comentará aparte porque tampoco carece totalmente de interés su argumento al ampliar una de las ideas del guionista de Maryland. En esta historia, se revela que los brazos de la organización subversiva de El Panteón se extienden mucho más lejos de lo que pensábamos. Se descubre que, aparte de una red de espionaje, cientos de técnicos, instalaciones secretas y un grupo de metahumanos, el Panteón también posee laboratorios clandestinos donde se investiga sobre la curación de terribles enfermedades que asolan a la humanidad. Sin embargo, con uno de estos laboratorios secretos, han perdido el control, pues no reciben respuesta del científico que investigaba allá, ha desaparecido gente por los alrededores y se rumorea sobre la presencia de una criatura espantosa en los pantanos donde se ubicaba este laboratorio. Agamenón envía a Hulk y a Rick Jones para que encuentren respuestas sobre qué ha ocurrido en los pantanos de Lousiana (Florida). Allí encontrarán que no sólo existe una criatura producto de un accidente, sino dos: el Hombre-Cosa, un ser empático con las emociones y sentimientos de los demás; y Grumo, que ya se enfrentó en el pasado con el goliat verde, impulsado por la rabia y el odio.
Por otra parte, quisiera comparar dos anuales en los que Peter David interviene con un par de historias breves. Este guionista posee un estilo en la narración donde suele inclinarse por añadir notas de humor, así que resulta interesante observar una de sus primeras historias para Hulk en un anual y, años después, en el 18, otra. Mientras en el anual 17, la historia tendía hacia el dramatismo contando cómo vive con su hijo el militar que acuñó el nombre de "Masa" al protagonista, con un niño que idolatra a su figura paterna por ese motivo de fama puntual y un padre que procura contener su irascibilidad fomentada seguramente por su vida en ejército. En el anual 18, el autor vuelve a introducir una historia de pocas páginas, desconectada de los argumentos de la serie regular, pero de una manera más relajada y con más humor que en el anterior anual. En esta ocasión, Hulk y la Cosa se reúnen en un aislado bar para realizar un pulso y comprobar de nuevo quién es el más fuerte. En este lugar, un grupo de villanos coincide en un ataque conjunto contra ambos, pero inmersos en su desafío de testosterona y virilidad no se percatan de los inútiles esfuerzos de sus enemigos risiblemente afirmando uno de ellos: "Mentallo, señor...He visto a nuestro pueblo derrotado, humillado, frustrado...pero nunca simplemente ignorado. Esto es muy embarazoso."
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