sábado, marzo 07, 2009

Hulk: Guerra y Armas



The Incredible Hulk vol. 2 números 390, 391 y 392 (War & Pieces: 3 partes)

Títulos: Es la guerra (390); X-Calada (391); Vicisitudes de la guerra (392)

Títulos originales: This means War (390); X-Calation (391); Fortunes of War (392)

Guion: Peter David

Lápiz: Dale Keown

Tinta: Mark Farmer

Color: Glynis Oliver

Valoración global: 10 sobre 10

Edición española: Coleccionable El Increíble Hulk n. 25 y 26 , Planeta DeAgostini

Citas destacadas: -"Admito que pisamos un terreno delicado legalmente, no moralmente. Tomamos decisiones en función de los derechos humanos, no de la política internacional. Verás, ¿alguna vez has visto algo que ocurría en el mundo y pensaste ojalá pudiera estar allí para hacer que todo fuera mejor?" (Hulk)

-"¿Y pensáis que soy un monstruo? ¡Miraos en el espejo!" (Hulk)

-"Los líderes deben ser responsables. Alguien debe pagar sus atrocidades" (Hulk)

-"¿Acabarás con todos los gobernantes de la Tierra que no se adapten a tu definición de moralidad? ¿Y dónde te detendrás? ¿Cuando tú lo controles todo? ¿El Panteón y tú? ¿Con qué derecho decides quién puede estar al mando y quién no? ¿Por la fuerza? ¿El más bueno es quien tiene la mejor arma?" (Kaos)


Crítica: En esta saga de 3 episodios contemplamos a Hulk como nunca antes lo habíamos visto: interviniendo en asuntos de estado e intentando cambiar el orden mundial primando lo moral sobre la conveniencia política (que desafortunadamente no siempre andan unidos). Peter David propició una evolución de sus personajes, en especial del protagonista en dos sentidos.

Por un lado, terminó con el conflicto entre personalidades del mismo para encontrar un equilibrio físico y psicológico reconciliando todas sus personalidades. El autor siempre ha repudiado al Hulk estúpido y, en esta misma saga, unas palabras del goliat verde parecen toda una declaración de propósitos de su guionista: "Nunca volveré a aquellos días en los que estaba indefenso o por mi cuerpo, o por mi poco cerebro.". Una vez arreglado este problema al que tanto espacio se dedicaba en cada número, el autor lleva más allá las acciones del goliat esmeralda de lo típico de huir de las autoridades o pelear con el villano de turno, a enmarcarlas en un proyecto más elevado y más altruista al unirse a un grupo de revolucionarios antisistema.

Antes de que The Authority de Mark Millar pusiese de moda otra vez a los superhéroes inmiscuyéndose en asuntos políticos, Peter David ya hizo sus pinitos con Hulk con todas las connotaciones morales que conlleva, ya que se trata de superhéroes que se rebelan contra el statu quo porque lo consideran inmoral e injusto y lucharán con otros héroes que creen que no deben intervenir en asuntos propios de los gobiernos ni cambiar las decisiones del pueblo, por muy nefastas que sean. Además, en War and Pieces subyace una clara crítica al imperialismo de EE. UU. en que dentro de su país la ley se considera prioridad, pero el resto del mundo se convierte en su patio de recreo donde pueden incumplir cualquier norma.

Trans-Sabal, un país que sólo existe en el Universo Marvel, pero que podría reconocerse en cualquier nación por aquella época con una situación similar (el Irak de Hussein, por ejemplo) o actual (Corea del Norte, por citar uno solo), sufre una represión brutal por parte de la tiranía que gobierna. Los derechos humanos se pisotean diariamente. La mayor parte de la población vive en la pobreza y la ignorancia, y, aun así, muchos sienten devoción hacia su líder al que veneran como una divinidad. Las mayores ventajas de la tiranía que le permiten prevalecer se encuentran en el numeroso ejército que mantiene el orden establecido y, sobre todo, en el apoyo de EE. UU. que le aporta abundante tecnología y armamento para aplastar cualquier posible revuelta. Un representante de la CIA se encarga de velar por la permanencia de la dictadura, ya que el tirano posee un tratado con el gobierno de EE. UU. de manera que le aporte recursos energéticos. En definitiva, USA sostiene la dictadura de Trans-Sabal por los intereses económicos y políticos que posee en dicho país. Realmente, se trata de un asunto a la orden del día.

La subversiva organización internacional del Panteón decide derrocar este injusto gobierno de Trans-Sabal y oponerse al imperialismo americano enviando a sus mejores hombres, entre los que se incluyen a Rick Jones y Hulk, para que entren en una guerra total contra cualquiera que se oponga en sus fines en territorio de la nación subyugada. El guionista le imprime un trepidante ritmo frenético a la batalla, con un Hulk desbocado utilizando potentes y enormes armas por pura diversión, ya que con su fuerza le basta y sobra. En cuanto la balanza se inclina en favor de los rebeldes, el gobierno norteamericano manda a su propio grupo de metahumanos con los mutantes de X-Factor (una serie que Peter David conoce muy bien) para que detengan a los opositores al régimen dictatorial endureciéndose todavía más la contienda.

Cabe destacar la excepcional labor de caracterización de varios personajes: el tirano como un ególatra totalmente corrupto que acaba creyéndose su impunidad total para hacer lo que le dé la gana a quien quiera; el sacrificado y humillante papel del enviado de la CIA para satisfacer las demandas de aquél con tal de que su contrato exclusivo se mantenga para aprovechar los recursos energéticos de Trans-Sabal; el rebelde que se enrola en la guerra después de que hayan asesinado a su familia y le pregunta a Rick en plena batalla por qué evita matar en una guerra; los miembros de X-Factor convencidos de que no han de intentar cambiar las sociedades a pesar de que les repugnen sus gobernantes.

El escritor estadounidense Henry Miller dijo: "Cada guerra es una destrucción del espíritu humano". Al respecto, ni Rick Jones ni Hulk iban a ser menos y su paso por este brutal conflicto les cambiará marcándoles para siempre y precipitándolos hacia un inesperado y desconcertante final.

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