miércoles, agosto 12, 2009



The Incredible Hulk vol. 2 números 429 y 430

Título: Una pequeña muerte (429); Hecho trizas (430)

Título original: A Little Death (429); Sliced and Diced (430)

Guion: Peter David

Lápiz: Liam Sharp

Tinta: Robin Riggs

Color: Glynis Oliver

Valoración: 6 sobre 10

Edición española: Coleccionable El Increíble Hulk número 38, Planeta DeAgostini

Citas destacadas: -"Dios, Betty...en un tiempo me sentí invencible. Pero últimamente parece que sólo obtengo victorias pírricas. Demonios, ya no puedo ni enfurecerme como Dios manda." (Hulk)

-"Yo no estoy loco. Sólo voy a matar a ese pequeño cretino. Tú harías lo mismo. Cualquier lo haría. Sé que yo lo haría." (Speedfreek)

Reseña: Peter David gusta de tratar temas controvertidos de vez en cuando. En su ya amplia trayectoria en esta serie, lo hemos comprobado: el Sida, la corrupción del sistema, el imperialismo yanqui, la pobreza...Para este episodio, se considera abiertamente el tema del aborto.

Hulk y Betty continúan su tapadera en la ciudad de Sunville (Florida) como la familia Danner en la que el protagonista se cubre el cuerpo con vendas aparentando ser un quemado accidental que ayuda en un taller de coches. Su objetivo: pasar desapercibidos y llevar una vida lo más normal posible. Dos problemas se interponen a la hora de lograr su objetivo: el jefe de policía Largo, con facultades sobrehumanas (fuerza increíble, cabeza desmontable), que indaga constantemente sobre ellos porque sospecha algo; y el segundo problema se encuentra en que el gigante esmeralda no puede controlar sus inoportunas metamorfosis, adoptando, cuando se enfurece demasiado, el cuerpo de Banner con la mente del Hulk infantil.

Betty ayuda a una desamparada joven embarazada llevándola a una clínica para que se plantee abortar o no. Pero esto coincide con una manifestación antiabortista, en la que uno de los manifestantes dispara, supuestamente de manera accidental, hacia la clínica provocando la muerte de la joven.
El superpolicía Largo y Hulk tienen su primer enfrentamiento violento por sus diferentes perspectivas y métodos de afrontar esta crisis. Más tarde, el goliat verde se autoproclamará como el protector de quien disparó hacia la clínica, un chico que afirma que todo fue accidental, pero que, casualidades de la vida, el padre de la joven muerta es uno de los peores enemigos del goliat verde: Speedfreek, un psicópata de armadura y armas de adamantium que se obsesiona con vengar a su hija. Hulk no permitirá que se tome la justicia por su cuenta, sobre todo, de una manera tan cruel y horrenda: destripándolo.

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