miércoles, agosto 12, 2009



The Incredible Hulk vol. 2 números 431 y 432

Títulos: Abajo (431); Tonos de verde (432)

Títulos originales: Down Under (431); Shades Green (432)

Guion: Peter David

Lápiz: Liam Sharp

Tinta: Robin Riggs

Color: Glynis Oliver

Valoración: 8 sobre 10

Edición española: Coleccionable El Increíble Hulk número 39, Planeta DeAgostini

Citas destacadas: -"Peones...somos sólo peones...nos creemos valientes caballeros...o reyes dotados de un gran poder. Pero sólo somos peones." (La Abominación)

-"Ambos vivimos en la oscuridad, Hulk. Tú lo niegas. ¡Yo lo celebro!" (La Abominación)

Reseña: Con esta historia, Peter David destroza el maniqueísmo típico de los cómics de superhéroes y remarca que los conceptos de bien y mal son propiamente humanos y, por tanto, susceptibles de error. Se subraya la clasificación de Hulk como antihéroe, un individuo de métodos atípicos y contundentes, que puede adoptar una decisión errónea y colocarse en el bando equivocado como le ocurre en la presente narración. De manera que Hulk y la Abominación se intercambian sin saberlo los papeles de bienhechor y villano. Se destaca así la ambigüedad que subyace a la hora de escoger lo correcto, ya que no resulta suficiente ser bienintencionado.

Cuando Hulk se entera de que las autoridades realizarán un desalojo en las alcantarillas, donde sabe que se encuentra oculto uno de sus peores adversarios, esto es, la Abominación, decide viajar a New York (ojo a la burla que Peter David lanza contra Erik Larsen al que acusa de plagiar el personaje de Hulk poniéndole una aleta en la cabeza en su serie The Savage Dragon) y participar en esta incursión subterránea de las (supuestas) fuerzas del orden.

La verdad es que el guionista, durante su periplo en esta serie, redefinió por completo al personaje de la Abominación, convirtiéndole de un estúpido pendenciero a alguien sensible y entrañable, con un fuerte componente trágico, que consiguió una segunda oportunidad aceptado entre los parias de la sociedad que se ocultan en los túneles subterráneos.

Esta incursión de la policía se produce por culpa de un comisario corrupto al que un narcotraficante le paga para que eche a los mendigos de las alcantarillas para poder iniciar negocios sucios a través de esas conducciones. Para ello lanza a los policías más brutos y de gatillo fácil para desalojar los túneles, por lo que se desencadena inevitablemente una matanza. El único guardián de los olvidados de la sociedad en estos lares es la Abominación, pero Hulk le complicará las cosas favoreciendo, sin querer, una sangrienta tragedia final que devolverá a aquél a su anterior vida de odio hacia la humanidad.

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