The Mighty Thor número 346
Título: Cacería Salvaje
Título original: The Wild Hunt!
Guion: Walter Simonson
Lápiz: Walter Simonson
Tinta: Terry Austin
Color: Christie Scheele
Valoración: 10 sobre 10
Edición española: Libro recopilatorio "Thor: La saga de Surtur/1". Planeta de Agostini (Forum)
Frases destacadas: "He sobrepasado el punto sin retorno. No tengo agua, ni tiempo para regresar al oasis que he dejado atrás. Pronto los brazos de Hela me envolverán y quedaré libre de la pesadilla de vivir" (Balder)
"¡Cogedlo, sabuesos míos, arrancadle los miembros uno por uno! ¡Así tratamos a los hijos de Asgard! ¡Que el fin de Thor presagie la perdición que se avecina!" (Malekith)
Reseña: El barbudo guionista retrata al protagonista como un guerrero nato digno de su puesto como uno de los cuatro lugartenientes de los aesires: orgulloso, noble, valiente, aventurero, pero también bastante inocente. Esto último se ha reflejado en varias ocasiones: aquella vez acurrucado en su cama ante su padre Odín, poco después de perder una pugna contra Bill Rayo Beta, lamentándose ante su padre y confesándole su decisión de exiliarse al espacio; sentado en el suelo de su apartamento, quejándose de su carencia de cariño; o su incapacidad para sospechar de la insistencia de una desconocida, en realidad la identidad civil de Lorelei, hermana de la Encantadora, que pretende embrujarle con una bebida encantada.
La ingenuidad de Thor se manifiesta en este episodio con mayor vehemencia cuando se muestra casi invencible en el arte de la guerra, pero si sus enemigos recurren a métodos más retorcidos e indirectos, le pueden manipular como quieren.
Malekith, el maldito, siervo de las fuerzas oscuras que pretenden desencadenar el infierno en la Tierra, lidera la Cacería Salvaje formada por una horda de monstruosos canes que recorren las calles de Manhattan para matar al poseedor del Cofre de los Antiguos Inviernos. Sólo se interponen en su camino hacia la apertura de un portal que comunique Midgard con la tierra del fuego de Surtur, el actual forzado guardián de dicho objeto mágico, Roger Willis, un duro e intrépido ex-combatiente de Corea, armado con una pistola de balas forradas de hierro, lo único que puede matar a los diabólicos seguidores del Reino de las Hadas, acompañado por su protector el dios del trueno. Además, también han de preocuparse del creciente número de humanos que tras comer el alimento del Reino de las Hadas, se han convertido en fanáticos esclavos del Elfo Oscuro. Este asunto de los humanos corrompidos por la magia, indigna a Thor de tal manera que realiza una promesa, que sólo aparece en una viñeta, pero que cobrará suma importancia en un futuro próximo. El juramento dice así: "Juro que cuando este asunto haya concluido, descubriré el secreto del encantamiento de las Hadas y liberaré a esas pobres almas de su cautiverio ".
En Asgard, Balder se deja llevar por sus instintos suicidas adentrándose más y más en los confines del desierto infinito, sin comida, ni agua, ni protección, porque ya no soporta una existencia tan sanguinaria. Si no le matan los elementos, lo hará el impetuoso Agnar de Vanaheim que le sigue los pasos de cerca, empeñado en demostrar su valía batiéndose con una leyenda viviente. Sin embargo, se convertirá en testigo involuntario de las increíbles proezas que aguardan a este dios de capa caída en estos desolados yermos.
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