The Mighty Thor número 342
Título: El último vikingo
Título original: The last viking
Guion: Walter Simonson
Lápiz: Walter Simonson
Tinta: Terry Austin
Color: Christie Scheele
Valoración: 10 sobre 10
Edición española: Libro "Thor: La Saga de Surtur/1". Planeta de Agostini (Forum)
Frases destacadas: -"En tiempos lejanos, mis seguidores pronunciaban mi nombre, y aunque me hallase a un mundo de distancia, podía oírles y responder si lo deseaba. Pensé que esa época había pasado, pero la voz que me llama ahora habla con la misma pasión y la misma fe que en aquellos tiempos." (Thor)
-"¡Olvídalo, Balder! Toda criatura viviente es un juguete del destino y, tarde o temprano, se somete a la voluntad del tiempo. No puedes cargar con cada muerte, con cada súplica de clemencia." (Karnilla)
Reseña: Si se observan detenidamente los detalles gráficos y los mitos recurrentes, se comprobará que el guionista de reconocida procedencia noruega se tomó muy en serio su etapa en la serie y se documentó concienzudamente. Sus narraciones poseen sus raíces profundas en la mitología escandinava y, en este episodio, nos proporciona una lección más sobre esta materia, en concreto, habla sobre el pueblo que originó tales leyendas.
En pocas páginas, descubrimos cómo vivían y morían los vikingos, cómo eran sus cementerios, sus hábitos como feroces navegantes saqueadores, su mundo espiritual que fomentó su fama de sanguinarios guerreros...Estos rechazaban la muerte en el lecho, la llamada "mala muerte", de viejo o enfermo, en favor de la muerte en el fragor de la batalla, ya que creían que si morían apaciblemente, se condenarían una eternidad de horrores en los páramos de Hela, mientras que de la otra forma tan belicosa, podrían acabar en Valhalla, el sagrado y majestuoso salón de Asgard donde los héroes mortales elegidos por las valkirias se reúnen con los dioses para contarse sus valerosas hazañas.
De cualquier modo, se trataba de una cultura extinta o readaptada a los nuevos tiempos, por lo que Thor se sorprende cuando presiente que alguien en Midgard le invoca con el mismo fervor y la misma lengua que su antiguo pueblo. Por esto, decide acudir a la llamada, para desentrañar este misterio. El rastro de la voz le lleva hasta el gélido continente de la Antártida, dentro de un cráter volcánico donde existe un extenso valle con abundante vegetación por el microclima de la zona propiciado por el calor que emana de las profundidades. En este extraño lugar, el dios del trueno encontrará una aldea vikinga aparentemente abandonada y un cementerio típico de estas gentes. Cerca, una hoquedad en las rocas parece contener las respuestas buscadas, por lo que valiente como nadie, el paladín de Asgard se adentra en este oscuro portal que se cierra súbitamente tras de sí conduciéndolo a un laberinto repleto de mortíferas trampas. Al final del mismo le espera el mayor desafío en forma de un imponente guerrero, que es mucho más de lo que aparenta, dispuesto a ensartarlo en su enorme lanza.
Si sobrevive a esta desquiciada aventura, por si no fuera poco, el autor nos recuerda dos peligros más que aguardan a nuestro héroe en su ciudad de residencia. Por un lado, Lorelei, hermana de la Encantadora, cuyas facultades de seducción y persuasión le permiten manipular a casi todos los individuos del género contrario, obsesionada con conquistar al que considera el dios más guapo y valiente de todos usando cualquier ardid para lograrlo. Loki le facilitó la cercanía a su hermanastro poniéndole un piso en Manhattan, convencido de la diversión futura que podría ocasionarle las conspiraciones de esta lujuriosa y carente de escrúpulos hembra. Además, el dragón Fafnir resurge de su escondite subterráneo cuando se percata de que su poder resulta muy superior al de su enemigo, en busca del combate final contra el hijo de su odiado Odín.
En Asgard, no mejora la situación: una amenazante sombra se cierne sobre sus habitantes y sólo el Señor de Asgard presiente que el Mal se prepara para propinar un golpe fatal sobre ellos, quizá definitivo, ya que todas las señales referencian a una inminente crisis cataclísmica. Sus cuervos mágicos enviados para indagar sobre estos inquietantes asuntos serán víctimas de la ira del gigante de fuego Surtur, el primer ataque contra Asgard.
Ajeno a todo esto, inmerso en su infierno personal, Balder permanece en su exilio autoimpuesto por los frondosos bosques de los alrededores de la ciudad dorada. Busca la paz y el consuelo que sus macabros recuerdos de su anterior vida de guerrero le impiden encontrar. La malvada Karnilla, reina de los Norns, contempla en este momento de debilidad de su amado dios como una oportunidad para atraerlo a su hasta ahora rechazada compañía.
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