sábado, julio 29, 2006

¡Ragnarok & Roll!

The mighty Thor número 350 

Título: ¡Ragnarok & Roll!

Título original: Ragnarok and Roll!

Guion: Walter Simonson

Dibujo: Walter Simonson

Color: Christie Scheele

Valoración: 10 sobre 10.

Edición española: Tomo recopilatorio "Thor: La saga de Surtur/2". Planeta de Agostini (Forum).

Nota: La crisis apocalíptica de esta serie también se reflejará en la de los Vengadores, en concreto, Avengers número 249, aunque no resulta imprescindible leerlo para conocer el desarrollo de la misma. En ese número, Thor solicita a sus amigos su apoyo en la batalla que tendrá lugar en Manhattan.




Frases destacadas: "Y los gritos de terror se mezclan con el estruendo ensordecedor de la destrucción cuando la primera oleada de muerte procedente de Muspelheim inunda Manhattan" (el narrador)

"Aunque no le debo nada a Odín, ha elegido bien a su mensajero. ¡Pues deseo algo que pertenece a Asgard. Y ese algo eres tú" (Karnilla)



Reseña: Por fin, empieza la madre de todas las batallas en la que se decidirá el destino del Universo concediéndonos momentos realmente trepidantes y memorables, algunos de los cuales concentrados en una sola viñeta. En este sentido, existe en el presente episodio una de mis viñetas favoritas de todos los tiempos por la enorme fuerza que transmite y que logra aumentar mi admiración por este guionista y dibujante en estado de gracia. En ella contemplamos a un Thor desafiante subido en una montaña de enemigos caídos en New York, con un amenazante Surtur aproximándose, más impactante todavía recordando que el dios del trueno ha reconocido que el fogoso gigante resulta más poderoso que él.

Otra muestra de la genialidad de este autor la encontramos cuando el lector que haya leído "La balada de Bill Rayo Beta" se alegra del retorno de este alienígena anaranjado, con el que Simonson consiguió que simpatizaramos. Odín, el Padre de todos, lo convoca para que les ayude en esta hora de necesidad, al que considera su segundo hijo.

Todo se encuentra perfectamente orquestado en esta épica epopeya para emocionar al lector, desde la estruendosa ovación que recibe Odín al presentarse ante sus huestes congregadas en el valle de Vigrid, pasando por la diversas ocasiones en que los héroes se salvan milagrosamente cuando los considerábamos ya por perdidos, hasta el sorprendente engaño final del demonio Surtur del que, como Thor, nos percatamos demasiado tarde.

El soberano tuerto de Asgard organiza el plan de batalla de la siguiente manera: él permanecerá en la ciudad dorada como el último bastión del objetivo de Surtur: la antorcha de la llama eterna; su esposa Frigga y los niños marcharán lejos del Reino Dorado; Balder viajará al peligroso reino de Karnilla para proponerle una alianza, aunque el precio que le exigirá la reina de las Norns será prohibitivo; Bill Rayo Beta y Thor comandarán las tropas asgardianas para repeler a los infernales invasores terrestres procedentes de Muspelheim. No obstante, el dios del trueno se adelantará para avisar del peligro a sus amigos los Vengadores -en este caso: Capitana Marvel, StarFox, la Avispa, Bruja Escarlata- y que contengan la devastadora embestida de las criaturas de llamas hasta que llegue la caballería.

El bando contrario se prepara de esta forma: todos sus efectivos se concentran en el desierto del Sahara desde el que enviarán oleadas de monstruos a los distintos puntos del planeta a través de portales con la orden de arrasar todo a su paso aprovechando el desconcierto por el brusco cambio climático propiciado por la ruptura del Cofre de los Antiguos Inviernos. Surtur buscará, mientras tanto, el bifrost, el puente del arco iris que une Midgard yAsgard para prender su espada Crepúsculo con la llama eterna y, así, quemar los Nueve Mundos.

Sólo Odín conocía la abismal diferencia en número de soldados entre su ejército y el de Muspell, por lo que buscó desesperadamente cualquier alianza que inclinara la balanza en su favor, incluso de sus peores enemigos, como Loki o Karnilla. A pesar del entusiasmo de las tropas de Asgard, pronto empiezan a darse cuenta de que sus enemigos les abruman en número. En palabras del Verdugo, uno de los rivales de Asgard que dejó atrás sus antiguos rencores por lo que se jugaba en el Ragnarok, se deja entrever dicha desesperación: "Por cada uno que mato, una docena más ocupa su lugar".

No hay comentarios: