¡Como alma que lleva Hela!

The Mighty Thor número 362 

Título: ¡Como alma que lleva Hela!

Título original: Like a bat out of Hel!

Guion: Walter Simonson

Dibujo: Walter Simonson

Color: Christie Scheele

Valoración: 8 sobre 10

Edición española: Tomo recopilatorio "Thor: La lucha por Asgard/2". Planeta de Agostini (Forum).

Frases destacadas: "Todo el mundo se ríe de Skurge. Hela, Mordonna, incluso la Encantadora, a quien amo. Todos se ríen de mí. Excepto tú. Balder es demasiado noble para reírse de Skurge. Y cuando se ríen, me duele por dentro. Quizá muero un poco. Ahora creo que ya estoy muerto. Y mi hacha resultó destruida junto a Naglfar. De modo que me quedaré atrás y me reiré el último." (Verdugo)

"En Hel no se entonan cantos ni se honra a los héroes...pues silencioso es ese tétrico y sombrío reino...pero la historia de Gjallerbru y el dios que lo defendió corre en susurros por los nueve mundos...y cuando un recién llegado pregunta por el héroe que ante cual la propia Hela se inclina...la respuesta es siempre la misma...Se alzó solo en Gjallerbru...y dicha respuesta basta." (el narrador)


Reseña: Para cualquiera que profundice en los textos sobre mitología escandinava de la que tanto se inspira esta serie, hallará un mundo apasionante que reúne la religión pre-cristiana, creencias y leyendas de una gran parte de los pueblos del norte de Europa. De entre las muchas curiosidades, posiblemente las que más llaman la atención se observan en la misión de los dioses y la concepción del cielo y el infierno.

En principio, como muchas otras religiones politeístas, esta mitología carece del típico y maniqueo antagonismo entre la bondad y la maldad, ya que sus dioses se centran en una lucha de poder entre el orden y el caos. Sus deidades representan el orden y la estructura, mientras que los gigantes y monstruos, el caos y el desorden.

Su idea más próxima al cielo que imaginamos en una sociedad católica, se encuentra en el Valhalla, donde dioses y héroes mortales se reúnen regularmente para narrar sus gestas. Los que deseaban aspirar a dicho lugar celestial, tenían que morir heroicamente en combate. De esta forma demostraban que podían formar parte de los guerreros de Asgard en su eterna batalla contra los que deseaban destruir el orden de los nueve mundos. En el lado contrario, aquellos que morían por segunda vez en dicho ejército asgardiano, fuese dios o héroe mortal, o los humanos que morían víctimas de la enfermedad, la vejez o no mostraban un carácter agresivo y heroico, ni eran virtuosos, ni doncellas vírgenes, terminaban en el infierno, en Hel.

Helheim, un lugar cavernoso, cambiante, envuelto en sombras, de tormento, de desesperanza, sometido a la voluntad de su soberana, Hela, la diosa de la muerte. Hasta allí lleva el autor a sus personajes para enmendar una injusticia. Thor, Balder, el Verdugo y los einherjar han pagado un precio demasiado alto ya por su osadía de desafiar a Hela: el dios del trueno ha quedado desfigurado y muchos han perecido ante los peligros de este sombrío lugar.

A pesar de que Thor ha ganado en justo combate a la diosa de la muerte, ésta se resiste a dejar marchar a estos osados invasores de su reino. Procurará romper su trato provocando que alguno de ellos la desafíe de nuevo. Y si algo les sobra a estos dioses es orgullo, así que el Verdugo, agraviado por un engaño, destruye el Naglfar, una nave hecha de las uñas de los muertos que transportaría a los espectros hasta Asgard para matar a los dioses. La ira de la diosa de la muerte estallará invocando a sus macabras legiones contra Thor y sus compañeros que habrán de luchar con sus nuevas armas provenientes de Midgard contra las innumerables víctimas de sus anteriores batallas.

Atormentado por grandes pesares e impulsado por su nobleza, Thor decide sacrificarse para conceder una oportunidad a sus amigos que galopan hacia la salida perseguidos por terribles hordas. Sólo la intervención del Verdugo, frustrado por una vida amarga y sin sentido, salva al dios del trueno. Paradójicamente, este villano habitual de la presente serie demostrará en su acto final de qué están hechos los héroes.