miércoles, agosto 02, 2006

¡Ragnarok y ruina!

The Mighty Thor número 352 

Título: ¡Ragnarok y ruina!

Título original: Ragnarok and ruin!

Guion: Walter Simonson

Dibujo: Walter Simonson

Color: Christie Scheele

Valoración: 10 sobre 10

Edición española: Tomo recopilatorio "Thor: La saga de Surtur/2". Planeta de Agostini (Forum).

Frases destacadas: "Aparta, Padre de todos. ¡He destruido el Puente del Arco Iris, aplastado a su guardián Heimdall y derrotado al poderoso Thor! Vengo por la llama eterna que me robaste en el principio de los tiempos...¡y no seré contrariado!" (Surtur)




"No todos los poderes arcaicos, Lord Odín, agradecen que impusieras el orden en los nueve mundos y los privaras de sus antiguos dominios! ¡Y esta es su hora!" (Surtur)


Reseña: Aparte de su apasionante y única etapa en Thor, Walter Simonson disfruta de una prolífica carrera como dibujante y guionista antes y después de su encuentro con el dios del trueno, en especial, en las dos mayores compañías de cómics DC y Marvel. Ganó varios premios durante su estancia en Detective Comics, y colaboró en una amplia variedad de series, como X-Factor, Orion, Hawkgirl, Fantastic Four, Weapon Zero, Cyber Force Zero o Vengadores heroes reborn. No obstante, la mayor parte de los aficionados le recuerda por su intachable etapa con los mutantes y, sobre todo, por su paso en Thor donde se ganó la fama de ser el único autor que alzó a este personaje a los más altos niveles de calidad. No resulta extraño, pues número tras número, el barbudo guionista consigue enganchar al lector con finales sorprendentes para empujarle a adquirir el siguiente capítulo para devorarlo.

Estos capítulos que se desarrollan ahora sobre el Ragnarok se consideran los más intensos y trepidantes de toda la existencia de Thor como personaje del Universo Marvel. Toda la etapa de Walter Simonson girará en torno a esta épica batalla y sus consecuencias y efectos.

En Midgard, los demonios de Muspelheim se concentran en el desierto del Sahara a través de un gran portal interdimensional que les comunica directamente con su reino y, a partir de allí, saltan a los diversos puntos del planeta por portales más pequeños. De esta forma, abruman a sus enemigos más que por su pericia en combate, por su aplastante número. Los asgardianos y sus aliados se percatan de esto cuando las bajas comienzan a ser preocupantes y ceden terreno constantemente, que no pueden derrotar a sus infinitos enemigos en una contienda directa, sino que han de recurrir a estrategias arriesgadas. El único lugarteniente en pie de los asgardianos Bill Rayo Beta organiza una trampa a sus diabólicos rivales aprovechando el entorno urbano de la ciudad de los rascacielos y, así, arrebatarles, con el apoyo de Mr. Richards, el portal que escupe continuamente oleadas de monstruos situado en lo alto del famoso Empire State Building.

Aunque todos los héroes participan en la pugna por la supervivencia universal, observando entre las calles a los Vengadores, los 4 Fantásticos o los X-men, en realidad, algunos poco tienen que hacer con estos demonios, como, por ejemplo, Johnny Storm, cuyas llamas no sirven de mucho contra unas criaturas procedentes del infierno. Por esto, acompaña a Roger Willis, el segundo guardián del Cofre de los Antiguos Inviernos, a Cotswold (Inglaterra) con la misión de recomponer dicho objeto mágico y acabar con el cambio climático que azota a las tropas aliadas.

En Asgard, se ha desatado una titánica pelea entre dos de los seres más poderosos del Universo Marvel durante la que se liberarán increíbles energías cósmicas y arcaicas. Por un lado, Odín, soberano de Asgard, defensor de los Nueves Mundos y vengador por el sacrificio de sus hermanos, Thor y Heimdall, caídos en combate. A pesar de que la edad ha mermado su poder, cuenta con el Cetro Supremo y algunos hechizos útiles para proteger la llama eterna a la que aspira su fogoso enemigo.

Su feroz contendiente es Surtur, gobernante de Muspelheim, inmortal criatura de llamas vivientes, imparable fuerza elemental que pretende restaurar el orden primigenio en que fuego y hielo dominaban todo. Cuenta a su favor con los poderes ancestrales de estas fuerzas elementales, el frío de Niffelheim y el destructor fuego de su reino, además de la espada Crepúsculo que rechaza los ataques de sus enemigos y con la que pretende incendiar el universo en cuanto la prenda en la llama eterna. Su proximidad a esta inagotable antorcha le revitaliza una y otra vez desconcertando a su divino rival.

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